La máxima rigidez nace del interior. Esta tecnología dispone una estructura tubular en sección octogonal en el marco de la pala que la dota de una gran consistencia. Su resistencia a la torsión es altísima, con lo que los golpes más potentes están garantizados.
Esta tecnología cubre las caras de la pala con una superficie rugosa con una alta capacidad de agarre. La fricción con la bola es total, con lo que los efectos nacen con una facilidad pasmosa.
Su disposición de los agujeros en forma curva está optimizada para que la trayectoria que sigue la pala en los golpes que buscan efectos genere una mayor fricción con los orificios para alcanzar resultados mucho más notorios.
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